“El linaje de fuego es aquel más enérgico de todos. Representa la pasión, y la voluntad ferviente –exclama Wėzhreem–. Es una fuerza agresiva, imponente, directa, y muy poderosa. Es el elemento que consigue integrarse en el ataque con mayor velocidad e imposición. Ella logra impregnarse en el corazón de la batalla, y magnificarse en tiempo increíble, como bien saben, al ustedes pertenecer a esta sagrada herencia.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“Los descendientes de Vellazor son los herederos del poder de la luz –continúa Wėzhreem–. Es uno de los linajes más bendecidos por Elgoneth, ya que poseen la fuerza misma del relámpago y el trueno destellante; desplegada a través de rugidos de corrientes y electricidad. Es el linaje con la conexión más fuerte con los reinos superiores de dominio de la luz, lo que les permite tener una agilidad imparable, una energía incalculable, y una fuerza interior reservada en gran poder, que puede explotar en cantidades inmensurables. Es uno de los linajes más inestables, pues a sus portadores a menudo les resulta difícil manejar tanta cantidad de poder.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
«La naturaleza del agua, por ejemplo, es moldeable y adaptable– exclama Wiz exclama–. El linaje de Mérmuan es resistente y flexible, pues este representa el cambio y transformación. La adaptación de la forma y el uso de sus poderes marinos son los más impredecibles de todas nuestras familias; permitiendo un gran comportamiento al momento de la defensa, ya que logran manifestar las dinámicas más impensables ante la incursión del enemigo; desviando sus ataques, soportando su embestida. Es el linaje con mayor capacidad de fuerza y resistencia, en el momento de la batalla y el auge de la guerra.» – Edad del Amanecer – Capítulo III.
«El linaje de la tierra es el linaje representativo de la creación– responde Wėzhreem–. A diferencia de la naturaleza magnética, las fuerzas vegetativas no pueden ir más allá de las leyes naturales. Pero estas pueden hacer algo muchas veces mejor: engendrarlas. El linaje de Hélindor es la esencia misma de la concepción y la endereza; del inicio. De la reluciente rectitud. Tienen la capacidad orgánica de emerger y diversificar y generar las sustancias más profundas de todos nuestros planos; pues estos herederos pueden conectarse con las raíces de todos los terrenos, y de todas las praderas visibles. Sus almas son fuertes, sensatas, decididas e inamovibles, como el espíritu de una gran montaña.» – Edad del Amanecer – Capítulo III.
«El linaje de Iklorén, es herencia del magnetismo –exclama Wėzhreem–. Aquellos herederos representan el poder de atracción, y la manipulación de la energía. Sus grandes habilidades les permiten fluctuar entre las leyes de la naturaleza como ningún otro linaje. Sus capacidades exorbitantes les ayudan a rediseñar la realidad, y a orientarla hacia sus visiones e intenciones. Estos poderes no conocen límites.» – Edad del Amanecer – Capítulo III.
«Ahora bien, todo el mundo teme la furia del fuego y el relámpago, pero cuando el aire muestra su verdadera ira, será mejor que empieces a correr– continúa Wėzhreem–. E incluso si logras huir, probablemente no podrás sobrevivir. Los descendientes de Reizhar son los portadores de la libertad y domadores de la vehemencia de los vientos; conductores de todos los poderes. Canales de todas las fuerzas. Es el linaje con mayor compatibilidad para todas las energías, y sus fuerzas catalizadoras reflejan una intensidad persistente y creciente en la guerra. Es un elemento de calma por naturaleza, pero si se altera, el vigor de su voz se elevará a niveles inimaginables; y sólo ellos podrán volver a la serenidad, pues nadie más ni nada más podrá cesar este poder, una vez que haya sido desatado.» – Edad del Amanecer – Capítulo III.
«Y finalmente, el linaje violeta; el linaje del plasma– exclama Wezhreem, en orgullo–. Aquel que representa la evolución, la mutación, la transformación. Es el elemento más joven de todos, ya que fue el último de ellos en nacer. Es tan extraño, que ni siquiera Elgoneth conoce las capacidades de esta naturaleza. Algunos hasta creen que esta nació por un accidente de la creación. Los dragones de este elemento poseen extraordinarias capacidades de manifestación, ya que estabilizan la energía y la convierten en fuerzas nunca antes vistas. Representa el progreso radical, y la naturaleza de la innovación y el renuevo.» – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“El linaje de fuego es aquel más enérgico de todos. Representa la pasión, y la voluntad ferviente –exclama Wėzhreem–. Es una fuerza agresiva, imponente, directa, y muy poderosa. Es el elemento que consigue integrarse en el ataque con mayor velocidad e imposición. Ella logra impregnarse en el corazón de la batalla, y magnificarse en tiempo increíble, como bien saben, al ustedes pertenecer a esta sagrada herencia.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“Los descendientes de Vellazor son los herederos del poder de la luz –continúa Wėzhreem–. Es uno de los linajes más bendecidos por Elgoneth, ya que poseen la fuerza misma del relámpago y el trueno destellante; desplegada a través de rugidos de corrientes y electricidad. Es el linaje con la conexión más fuerte con los reinos superiores de dominio de la luz, lo que les permite tener una agilidad imparable, una energía incalculable, y una fuerza interior reservada en gran poder, que puede explotar en cantidades inmensurables. Es uno de los linajes más inestables, pues a sus portadores a menudo les resulta difícil manejar tanta cantidad de poder.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“La naturaleza del agua, por ejemplo, es moldeable y adaptable– exclama Wiz exclama–. El linaje de Mérmuan es resistente y flexible, pues este representa el cambio y transformación. La adaptación de la forma y el uso de sus poderes marinos son los más impredecibles de todas nuestras familias; permitiendo un gran comportamiento al momento de la defensa, ya que logran manifestar las dinámicas más impensables ante la incursión del enemigo; desviando sus ataques, soportando su embestida. Es el linaje con mayor capacidad de fuerza y resistencia, en el momento de la batalla y el auge de la guerra.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“El linaje de la tierra es el linaje representativo de la creación– responde Wėzhreem–. A diferencia de la naturaleza magnética, las fuerzas vegetativas no pueden ir más allá de las leyes naturales. Pero estas pueden hacer algo muchas veces mejor: engendrarlas. El linaje de Hélindor es la esencia misma de la concepción y la endereza; del inicio. De la reluciente rectitud. Tienen la capacidad orgánica de emerger y diversificar y generar las sustancias más profundas de todos nuestros planos; pues estos herederos pueden conectarse con las raíces de todos los terrenos, y de todas las praderas visibles. Sus almas son fuertes, sensatas, decididas e inamovibles, como el espíritu de una gran montaña.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“Ahora bien, todo el mundo teme la furia del fuego y el relámpago, pero cuando el aire muestra su verdadera ira, será mejor que empieces a correr– continúa Wėzhreem–. E incluso si logras huir, probablemente no podrás sobrevivir. Los descendientes de Reizhar son los portadores de la libertad y domadores de la vehemencia de los vientos; conductores de todos los poderes. Canales de todas las fuerzas. Es el linaje con mayor compatibilidad para todas las energías, y sus fuerzas catalizadoras reflejan una intensidad persistente y creciente en la guerra. Es un elemento de calma por naturaleza, pero si se altera, el vigor de su voz se elevará a niveles inimaginables; y sólo ellos podrán volver a la serenidad, pues nadie más ni nada más podrá cesar este poder, una vez que haya sido desatado.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
“Y finalmente, el linaje violeta; el linaje del plasma– exclama Wezhreem, en orgullo–. Aquel que representa la evolución, la mutación, la transformación. Es el elemento más joven de todos, ya que fue el último de ellos en nacer. Es tan extraño, que ni siquiera Elgoneth conoce las capacidades de esta naturaleza. Algunos hasta creen que esta nació por un accidente de la creación. Los dragones de este elemento poseen extraordinarias capacidades de manifestación, ya que estabilizan la energía y la convierten en fuerzas nunca antes vistas. Representa el progreso radical, y la naturaleza de la innovación y el renuevo.” – Edad del Amanecer – Capítulo III.
